Cuando me quedaba sola frente el crepúsculo matutino, disfrutaba de los amaneceres de África, que son de una belleza inigualable: tiñen el paisaje de colores acaramelados que se degradan en una riquísima gama de dorados.
He bajado a las barcazas al alba, y las he recorrido de punta a punta. Bajo los toldos improvisados que les protegen del fiero sol, se extienden, junto a las dos bordas, los pequeños tenderetes repletos de mercancías. En el centro de las barcazas, los hombres se organizan la vida entre sus equipajes, tienden las esteras donde duermen de noche, y hay niños desnudos, ancianos de rostro fatigado y muchachas que se arreglan el peinado unas a otras.
En los mástiles, se extiende ropa puesta a secar.
Todo el espacio en las barcazas se aprovecha al milímetro.

When I was alone in front of the morning twilight, I enjoyed the sunrises of Africa, which are of outstanding beauty: they dye the landscape of caramel colors that degrade into a rich range of golds.
I have gone down to the barges, at dawn, and I have traveled them from end to end. Under the improvised awnings that protect them from the fierce sun, the small stalls full of merchandise extend along with the two huts. In the center of the barges, the men organize their lives in their luggage, they spread the mats where they sleep at night, and there are naked children, elderly people with tired faces and girls who fix each other's hair.
On the masts, clothes spread out to dry.
All the space on the barges is used to the millimeter.